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"Tras haber pasado varios días en Atenas recientemente, coincido con los compañeros del sector en que la visibilidad del devastador impacto social de las medidas de austeridad en Europa es demasiado escasa ,y la situación está empeorando. Con vistas al futuro, resulta patente que se requieren reformas para garantizar un sistema de bienestar sanitario y social más sostenible y que dependa menos de la financiación de la UE. No obstante, debe preocuparnos verdaderamente que el vacío por la reducción de la financiación estatal yla finalización de la ayuda de la UE, conlleve el cierre de servicios sociales esenciales,y que el progreso logrado; por ejemplo, en lo relativo al cierre de hospitales psiquiátricos, con la consiguiente necesidad de apoyo comunitario, se vea seriamente amenazado. El problema es que el tiempo es escaso." (John Halloran, director general de ESN)



El vicepresidente de ESN, Christian Fillet, y el director general, John Halloran, pasaron recientemente tres días en Atenas para reunirse con representantes de las autoridades gubernamentales centrales y locales, y visitar agencias de servicios locales con el fin de comprender mejor el impacto de la crisis en los servicios sociales locales, reencontrarse con miembros de ESN y analizar las mejores medidas de apoyo a nuestros compañeros de Grecia en el futuro.


John Halloran muestra su perspectiva:


"A pesar de la crisis, los griegos nos acogieron con la calidad que les caracteriza y se mostraron dispuestos a hablar sobre los retos que afrontan. Con altos índices de desempleo, subida de impuestos y precios, y reducciones (alrededor del 60%) en la financiación gubernamental de programas de bienestar social, estos desafíos son enormes y el futuro parece desolador. El sector público no puede contratar nuevo personal para sustituir a quienes optan por la jubilación anticipada (lo que se acelera debido al miedo de que el sistema de pensiones empeore).


Tras los escándalos de los servicios de salud mental en Leros y 20 años más tarde en el hospital Dromokaiteio de Atenas, el gobierno ha emprendido un programa de cierre de hospitales psiquiátricos, que corre el riesgo de fracasar debido a la escasez de fondos. Visitamos un centro de psiquiatría social para niños y adolescentes y supimos que este era el único servicio de ese tipo en Atenas y que no había presupuesto para comprar materiales de evaluación básicos. Con vistas al futuro, resulta necesario un conjunto más sólido de redes de servicios de salud mental infantil integradas, que implique a escuelas, servicios sociales y otros agentes.


Ha habido una serie de reformas de los ayuntamientos, que se han reducido en número e invertido en la mejora de su capacidad para asumir servicios. Este es un desafío constante, que implica, entre otros, a la Agencia Griega para el Desarrollo Local y los Gobiernos Locales y a la KEDE, la Unión Central de los Municipios griegos, con quienes ESN colabora estrechamente como parte de nuestra red. Los compañeros del Ministerio de Sanidad y Solidaridad Social también confían en que la crisis se puede superar si los gobiernos central y local estrechan su colaboración y se pone fin a los antiguos excesos en la política. También nos reunimos con la secretaria general del ministerio, D.ª Christina Papanikolaou, quien cree que no hay soluciones milagrosas a corto plazo para la crisis, pero es consciente de que compartir experiencias y aprender de otros países europeos es el camino a seguir."


ESN está decidida a continuar colaborando con Grecia y a mostrar solidaridad en estos tiempos de crisis, con vistas a la presidencia griega de la UE en enero de 2014.


Hechos y cifras
Según Eurostat, 3,5 millones de personas (el 31% de la población total) viven cerca o por debajo del umbral de la pobreza. Uno de cada cuatro griegos está en paro, con una tasa de desempleo juvenil próxima al 58% en octubre de 2012, mientras que el 21% de quienes tienen trabajo perciben ingresos inferiores a 470 euros al mes. Un tercio de los griegos reclaman que no pueden pagar el alquiler o la hipoteca, ya que destinan el dinero que ganan principalmente a vacunas y ropa. En tales circunstancias, la función de los servicios de bienestar social se ha centrado en proporcionar niveles mínimos de vida a través del suministro diario de sopa, paquetes mensuales de alimentos básicos y leche, y mantas para niños.