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Lejos de ser Sillicon Valley, los servicios sociales no cuentan con inversores dispuestos a invertir millones en el próximo Google. Es un sector sujeto a escasez económica, que sufre una inmensa presión debido a las restricciones presupuestarias y al envejecimiento de la población en Europa. La innovación y la tecnología pueden seguir siendo desconcertantes y costosas para muchos, pero las nuevas iniciativas de los servicios sociales basadas en el empoderamiento de las personas usuarias de los servicios, con una tecnología mejorada como elemento clave, están transformando la manera en que se prestan los servicios sociales en Europa.

Esa fue la premisa de nuestra reciente 25ª Conferencia Europea de los Servicios Sociales, titulada "La innovación y la tecnología al servicio de los ciudadanos" celebrada en colaboración con la Presidencia maltesa de la Unión Europea. Sus ponentes, realmente motivadores, describieron iniciativas innovadoras pensadas para empoderar a las personas, tales como tarjetas que almacenan datos personales, calculadoras de presupuestos y paneles de puesta en marcha y coproducción con las personas usuarias de los servicios. También se habló sobre soluciones tecnológicas inteligentes para abordar los problemas a los que se enfrentan los servicios sociales, como aplicaciones para compartir datos, , furgonetas equipadas con tecnología para diagnosticar enfermedades y paquetes de herramientas para ayudar a los servicios de bienestar de los municipios a implementar la tecnología.

Conocimos Buurtzorg, iniciativa que está transformando la forma en que se proporciona asistencia comunitaria en los Países Bajos centrándose en la función de los enfermeros comunitarios, movilizando a los vecinos para que ayuden a las personas mayores con enfermedades crónicas en sus domicilios permitiendo lograr un importante ahorro en costes de oficinas. En Francia, Wheeliz es un servicio de transporte para personas con discapacidades creado por Charlotte de Vilmorin, quien decidió crear el servicio debido a sus propias dificultades como persona discapacitada para viajar . También se nos desafió a que miráramos más allá de Europa con respecto a la forma en que la innovación social está transformando las comunidades en Asia y África. Jaideep Prabhu, de la Universidad de Cambridge, habló del modo en que las furgonetas móviles en la India están revolucionando la manera de diagnosticar la diabetes, así como de aplicaciones en Kenia que permiten a la población de zonas rurales comunicarse con sus familias, médicos o amigos que residen en zonas urbanas.

Geoff Mulgan, de Nesta, en el Reino Unido, nos habló del uso de tarjetas de identidad para almacenar datos relativos a la salud de millones de personas en Europa y otros países, como la India. El siguiente paso es cruzar los datos de los servicios de salud con los datos de los servicios sociales y de empleo. Dña. Dolors Bassa, de la Generalitat de Catalunya, y D. Manuel Domene, de la Junta de Andalucía, hablaron de los sistemas de gestión únicos de casos que se están desarrollando en estas regiones españolas para reunir datos de los servicios de salud, empleo y atención social. Hay sed de datos, pero también de evidencias. Durante el debate, se destacó la necesidad de contar con suficiente evidencias para evaluar el impacto de las iniciativas innovadoras sobre el bienestar social . Tal es el caso de un experimento de ingresos mínimos que se está desarrollando actualmente en Finlandia y que presentó la Sra. Sari Rautio, del Fondo Nacional Finlandés de Investigación.

También se habló de que hay importantes obstáculos que dificultan la innovación tecnológica. Existen temores con respecto a la privacidad y la protección de los datos, y los  proveedores de servicios pueden mostrarse reticentes a confiar en la tecnología si han tenido experiencias decepcionantes, ya que sus presupuestos para realizar inversiones son limitados. Ana Lima, del Consejo General del Trabajo Social español, afirmó que existe una gran demanda por parte de los profesionales de los servicios sociales para obtener formación en tecnología, pero advirtió de que también hay una enorme brecha entre quienes están preparados para la tecnología y quienes no lo están. Esta brecha digital también está apareciendo entre las personas usuarias.

El camino a seguir parece ser crear nuevos productos a través de un proceso de colaboración entre las personas usuarias de los servicios,  los responsables de la toma de decisiones y los proveedores. . De esta forma, se pueden crear los productos desde cero, a pequeña escala, antes de que  generalizar su uso. Durante la conferencia, se habló de los ejemplos de Austria, Dinamarca o Suecia, donde se están poniendo en marcha proyectos de coproducción de servicios.

Durante la conferencia se observó ilusión por poner en marcha estas nuevas iniciativas. No obstante, el proceso de transición no será sencillo. La tecnología no funcionará para todo el mundo, pero en una época marcada por problemas de financiación y por una demanda creciente de servicios,  es crucial que la tecnología forme parte del futuro de los servicios sociales. Al pensar en nuestra propia función en European Social Network, que consiste en crear un conjunto de pruebas sobre lo que funciona y en contribuir a la mejora de las prácticas, debemos ser más activos con respecto al papel de la innovación y la tecnología para lograr la inclusión social. Por último, tendremos que pensar en cómo lograr que los servicios sociales en Europa se digitalicen,  así como   utilizar la tecnología en los planes de asistencia, la evaluación de las necesidades, las medidas preventivas o la movilidad del personal.